Melvin Villarroel, el arquitecto del lujo mediterráneo que transformó Marbella
Carmen Duran - 22 Oct 2024 - Marbella estilo de vida
Carmen Duran - 22 Oct 2024 - Marbella estilo de vida
La revista Pure Life, editada por Pure Living Properties, repasa su legado en un reportaje de la mano de su hijo Pablo Villarroel
En la década de los 70, cuando el primer boom turístico comenzó a cambiar para siempre la fisionomía urbanística de las ciudades costeras españolas, Marbella gracias a Melvin Villarroel logró escapar de las grandes torres que invadían la primera línea de playa.
El primer número de la revista Pure Life, editada por Pure Living Properties, dedica un reportaje especial a este reconocido arquitecto, un trabajo en el que su hijo Pablo Villarroel repasa su vida, legado y ese enfoque visionario que logró convertir a Marbella en un referente internacional de exclusividad y belleza.
Melvin Villarroel, un arquitecto boliviano con corazón mediterráneo, llegó a Marbella en 1973, trayendo consigo una idea revolucionaria: la arquitectura debía coexistir en completa armonía con la naturaleza. Esta filosofía lo llevó a rechazar las grandes torres y bloques de apartamentos que dominaban otras zonas turísticas de España, para apostar por un urbanismo de bajo impacto visual, donde «los árboles siempre deben ser más altos que los edificios», como solía decir.
Su primer gran proyecto, Torre Real, fue solo el comienzo. Sin embargo, fue con el complejo Puente Romano donde Villarroel realmente dejó su marca. Allí, creó un concepto que fusionaba la esencia de los pueblos blancos andaluces con jardines mediterráneos exuberantes, dando lugar a un microclima único y una atmósfera de tranquilidad y lujo. Las viviendas de Puente Romano transformaron por completo la percepción del turismo de lujo en la Costa del Sol.
El proyecto de Puente Romano fue pionero en su época y sentó las bases para una nueva forma de entender la arquitectura en la Costa del Sol. Villarroel, siempre enamorado de la naturaleza, pasó años recorriendo los pueblos blancos del interior de Málaga en busca de plantas que dotaran de vida a sus creaciones. Como resultado, los jardines de Puente Romano siguen siendo un referente de paisajismo y biodiversidad, fusionándose con las viviendas de lujo en un equilibrio perfecto.
Cuando la crisis del petróleo paralizó la construcción en 1975, Melvin aprovechó ese tiempo para estudiar a fondo la arquitectura tradicional andaluza y su interacción con el entorno natural. Su persistencia y su meticulosa atención a los detalles le permitieron crear un espacio donde cada planta y cada estructura arquitectónica forman parte de un todo, creando un santuario de paz en medio del bullicio turístico.
El éxito de Puente Romano fue tal que, cuando la economía se recuperó, el proyecto fue retomado por el promotor sirio Al Midani, quien vio en esa obra inconclusa una oportunidad de oro. Gracias a la visión de Villarroel, Puente Romano no solo se completó, sino que se convirtió en uno de los hoteles más prestigiosos del mundo: el Puente Romano Beach Resort.
El impacto de Melvin Villarroel no se limitó a Marbella. Su estilo arquitectónico, que priorizaba la armonía entre lo construido y lo natural, pronto se extendió a otros puntos de la Costa del Sol, como Estepona, donde diseñó el icónico Hotel Kempinski. Más allá de las fronteras españolas, su influencia llegó hasta Tenerife, donde creó el Hotel Abama, y traspasó continentes con proyectos en China, donde fue galardonado por el gobierno de Shanghái por llevar la esencia del Mediterráneo a un exclusivo residencial.
A lo largo de más de 35 años de carrera, Villarroel dejó una huella imborrable en la arquitectura de la Costa del Sol. Su trabajo embelleció Marbella y definió el tipo de desarrollo urbanístico que hoy caracteriza a esta región. En reconocimiento a su legado, el Ayuntamiento de Marbella le otorgó una de sus principales calles, aunque Villarroel siempre expresó que su verdadero hogar estaba en Puente Romano, el lugar donde comenzó todo.
La pasión de Melvin Villarroel por la arquitectura y la naturaleza fue heredada por sus cuatro hijos: Matías, Pablo, Francisca y Antonia. Todos ellos, de una manera u otra, han seguido el camino trazado por su padre, manteniendo viva la esencia Villarroel en cada uno de sus proyectos. Según palabras de Pablo Villarroel: «El libro de mi padre es nuestra biblia, la esencia de nuestro pensar. Ahora hacemos cosas distintas, pero la base es la misma. Es una gran responsabilidad, pero creo que Melvin Villarroel estaría muy orgulloso de cómo estamos manteniendo su legado».
Este legado arquitectónico perdura vigente en cada rincón de Puente Romano y en muchas de las urbanizaciones más exclusivas de Marbella, como La Alzambra en Puerto Banús, que siguen siendo un símbolo del lujo mediterráneo que Villarroel ayudó a definir. Su impacto en el desarrollo de Marbella y la Costa del Sol sigue siendo palpable hoy en día, y su influencia ha llegado incluso a inspirar a una nueva generación de arquitectos que buscan integrar la naturaleza en sus diseños de una manera tan magistral como lo hizo él.
Puede leer el reportaje completo sobre Melvin Villarroel en la revista Pure Life.
El selecto catálogo de SALES de Pure Living Properties cuenta con una amplia oferta de propiedades en algunos de los exclusivos residenciales diseñados por Melvin Villarroel, estas son algunas destacadas: